ROCE DE OPINIONES
Periodismo sin condiciones
Escribe Juan Manuel Morales Parra
FÁCIL ACUSAR
Y CONDENAR SIN LLAMAR A JUICIO
Mucho se ha dicho y se ha especulado sobre el caso del senador del
Partido Liberal Mario Alberto Castaño Pérez por presunto delito contra la
administración pública. La única verdad de esta situación es que,
toda persona goza del principio de inocencia o presunción de inocencia, y
establece la máxima garantía constitucional del imputado, que permite a toda
persona conservar el estado de “no autor del delito” y debe ser tratada como
tal, mientras no quede en firme decisión judicial definitiva con respecto a su
responsabilidad penal.
La Ley 906 de 2004; la sentencia C-003 de 2017 y las sentencias
C-276 y C-495 de 2019 de la Corte Constitucional; los Artículos 29º
y 93º de la Constitución Política de Colombia; el Artículo 11º de la
Declaración Universal de los derechos Humanos, la Convención Americana y los
tratados Internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Colombia a través de la Ley 16 de 1974 en su Artículo 8º ; el Artículo 14.2 del
pacto internacional de derechos civiles y políticos, y el principio rector Nº 7
(in dubio pro reo) del código de procedimiento penal colombiano reafirman el
carácter fundante de la presunción de inocencia, por virtud del cual, toda
persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la Ley y en juicio público en
el que se hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Por todo lo anterior y sin pretender oficiar como abogado, porque
no lo soy, lo más sensato en este tipo de acusaciones y señalamientos es
aguardar a que a través del afianzamiento y las formalidades plenamente
aplicables a los procesos penales y a los procedimientos administrativos
sancionatorios incluido el proceso disciplinario, la balanza de la justicia se
incline y determine la responsabilidad o la inocencia del implicado.
Solamente a través de un proceso o juicio en el que se demuestre
la culpabilidad de la persona, podrá el estado aplicarle una pena o sanción.
Entre tanto, el senador y candidato al Congreso de la República
Mario Castaño Pérez continúa ejerciendo como congresista y aspira nuevamente a
ocupar silla en el Senado por el Partido Liberal Colombiano.
APATÍA ELECTORAL EN COLOMBIA
El proceso de las elecciones en Colombia se ha
desarrollado con variables que permiten identificar el fortalecimiento o el
deterioro de nuestra democracia.
El acontecer histórico nacional sobre
participación electoral muestra con claridad una época bastante convulsionada,
llena de indiferencia y abstencionismo.
Esta situación puede estar ligada a una tradición
y a una cultura, caracterizada por los altos niveles de manipulación, lo que
pone en tela de juicio el valor de la democracia actual, considerada por los
expertos, como una democracia mezquina y acomodada a intereses particulares;
donde los actores políticos en algunas ocasiones se enfrentan, utilizando
estrategias poco éticas por el afán desmesurado de aprisionar votos.
Varias modificaciones se han hecho al sistema
electoral colombiano, mostrando una imagen más clara del asunto democrático:
implementación del voto en blanco, voto preferente, asignación de curules,
prohibición de doble militancia, régimen de bancadas, reposición de votos y la
conformación de listas únicas, despejando el camino para encontrar una nueva
realidad electoral colombiana.
El Artículo 258 de la Constitución Política de
Colombia señala que el voto es un derecho y un deber ciudadano, y el Estado
velará porque se ejerza sin ningún tipo de coacción y en forma secreta.
El voto es instrumento fundamental para
consolidar los sistemas democráticos y contribuye al mejoramiento de la
participación ciudadana. Infortunadamente, el sufragio en nuestro País, se ha
convertido en una simple contienda electoral entre organizaciones políticas
para atornillarse en el poder, perdiendo así su esencia para la cual fue
creado.
Otra cruda realidad que se vive en Colombia;
haber convertido el desarrollo electoral en una empresa de compra y venta de
votos, donde algunos votantes, cambian la racionalidad por políticas de
estómago, y en un sinnúmero de ocasiones permiten ser manipulados.
En los últimos años el abstencionismo ha menguado
un poco; ello obedece a que los electores están viendo posibilidades laborales
y económicas.
Varias personas que se alejan de las urnas opinan
que los políticos son corruptos, otras manifiestan que los políticos prometen
para cautivar votos, pero no cumplen, y otras no votan porque son apáticas a
los comicios porque consideran que su voto no es importante. Indudablemente, una de las razones por las cuales se
mantiene el abstencionismo, es el alto nivel de desconfianza de los votantes
que no creen en las instituciones.
Muy lamentable que los altos porcentajes de abstención en Colombia
no sorprendan, ni preocupen a la dirigencia política, incrementando así las
crisis en todos los partidos.
El verdadero procedimiento con legitimidad democrática se
cristalizará cuando las votaciones sean justas, libres de ataduras
politiqueras, donde se presente un abultado número de ciudadanos eligiendo por
convicción y haciendo respetar las normas electorales.
Existen plagas que atacan nuestra democracia: la corrupción, el
abstencionismo, la violencia y la polarización, que dejan a Colombia en una
posición muy incómoda.
Para que el día de los comicios las urnas queden bien robustas, es
necesario solidificar el trabajo electoral en nuestro país, realizando cambios
estructurales que motiven la participación masiva. Para ello se requiere la
voluntad y el esfuerzo incondicional de las organizaciones políticas para que
recuperen su credibilidad.
De la misma manera, para eliminar las averías que han afectado
nuestra democracia durante tantos años, se necesita que, los directivos de las
diferentes colectividades hagan una labor educativa permanente desde las bases,
un trabajo de capacitación, formación y concientización sobre el deber y el
derecho que tiene todo ciudadano de salir a votar, y votar bien.
Próximo 13 de marzo, elecciones para renovar el Congreso de la
República de Colombia.
¡Que viva la democracia!
SONAJAS
POLÍTICAS
CUENTAS
ALEGRES
Mirando con detenimiento la fuerza electoral de cada uno de los 41
candidatos a la Cámara de Representantes por el Departamento de Caldas, y
teniendo como soporte el umbral y la cifra repartidora, se puede hacer un análisis
para acercarse a un pronóstico en las votaciones del próximo domingo 13 de
marzo.
En muchos casos la intuición no falla, sin embargo, la variación
de opinión hace que, las cifras en cada elección también sufran cambios.
En estos momentos y faltando siete días para los comicios, los
dirigentes y líderes políticos hacen cuentas alegres, acomodando las cifras de
acuerdo a las conveniencias partidistas.
Las matemáticas son absolutas, razón por la cual, sí, los datos
electorales de hace cuatro años no padecen grandes transformaciones, los
partidos y movimientos políticos tradicionales mantendrán su hegemonía; en
consecuencia, el panorama comicial se va despejando, y se comienza a atisbar a
los candidatos al Congreso de la República de las diferentes colectividades
que, en mayor, mediano y menor grado de posibilidades tienen para llegar a
ocupar curul.
Una ligera ventaja, tienen aquellos que se hicieron contar en
otras votaciones y que obtuvieron un gran número de sufragios. Desde otro punto
de vista, los candidatos que en ningún momento han participado electoralmente,
pero, tienen un gran reconocimiento ante la comunidad, quedan incluidos en el
grupo de los que mayor posibilidad tienen.
En ese orden de cosas, sólo en la columna Roce de Opiniones de hoy
domingo se dará a conocer la lista de diez aspirantes a la Cámara de
Representantes por el Departamento de Caldas que mantienen las mayores opciones
de cumplir la meta. Recordando que, únicamente cinco de la lista de los diez
que se van a mencionar, llegarán al Congreso de la República.
Este es el listado de los que pasan a la gran final:
José Octavio Cardona León, Andrés Felipe Betancourth López y
Martha Llaneth Álvarez Salazar avalados por el Partido Liberal Colombiano.
Juana Carolina Londoño Jaramillo y Félix Alejandro Chica Correa certificados
por el Partido Conservador Colombiano. Wilder Iberson Escobar Ortiz y Juan
Carlos Henao Valencia militantes del Grupo Significativo de Ciudadanos Gente en
Movimiento. Juan Sebastián Gómez González de la coalición MIRA-DIGNIDAD-NUEVO
LIBERALISMO Y ASI. Cierran la lista de posibles elegidos: Marino Murillo Franco
matriculado en el Partido de la U y Jesús Iván Ospina Atehortua del Partido
Centro Democrático.
Los candidatos que no figuran en la lista de los finalistas, les
tocará hacer una tarea muy fuerte para que demuestren el porqué deben aparecer
en el listado de los cinco.
El próximo sábado 12 de marzo en la Columna Roce de Opiniones se
publicará el vaticinio de los cinco candidatos que con un alto grado de
probabilidades llenarán butacas en la Cámara de Representantes. Igualmente, los
aspirantes al Senado de la República.
En la próxima columna Roce de Opiniones … ¡Espérenla!
Ahora resulta que dicho personaje y sus compkches son inocentes y que el no hizo nada, cuando a leguas se ve que es un tipo de mala calaña y los entes que lo acusan se inventaron todo cuanta plata les pagó para que publiquen lo contrario si son personas no gratas para que estén lugrandoce con la plata de los recurzos del pueblo y la nación. y no les importa de sangrar un país son unas lacras
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