domingo, 1 de septiembre de 2024

LOS DIPUTADOS DE CALDAS, RECIBEN JUGOSA REMUNERACIÓN

ROCE DE OPINIONES

Periodismo sin condiciones

Escribe Juan Manuel Morales Parra

LOS DIPUTADOS DE CALDAS, RECIBEN JUGOSA REMUNERACIÓN


Con el incremento del salario mínimo en Colombia para el año 2.024, se aumentaron los salarios para los diputados del departamento de Caldas. Por tal razón, es importante conocer en detalle, la remuneración por asignación mensual de cada uno de los integrantes de la duma departamental. Esta cuestión, en la comunidad, siempre ha causado malestar y controversia.

Poniendo la lupa sobre los salarios de los diputados de Caldas, encontramos que, la ley 2200 del 8 de febrero de 2.022 en su Artículo Nº 23 describe: “periodo de sesiones de la Asamblea de Caldas: los diputados sesionarán de manera ordinaria durante seis (6) meses al año, así: el primer periodo del primer año de sesiones estará comprendido entre el 1 de enero posterior a su elección y hasta el último día del mes de febrero del respectivo año. El segundo, tercer y cuarto año de sesiones tendrá como primer periodo el comprendido entre el 1 de marzo y el 30 de abril, junio 1 hasta el 31 de julio, octubre 1 hasta el 30 de noviembre”. En el Artículo Nº 81 se lee: “la remuneración por concepto de asignación mensual de los diputados de Caldas es de 25 salarios mínimos legales mensuales vigentes SMLMV”. Esto equivale a que, cada diputado del departamento de Caldas, perciba la suma de: treinta y dos millones quinientos mil pesos M/cte. Anualmente, reciba la suma de: trescientos noventa millones de pesos M/cte.

Este cálculo salarial, se basa en la categorización presupuestal de cada departamento, y el departamento de Caldas se encuentra en la categoría segunda.

El Artículo Nº 82 de la misma ley hace referencia al régimen prestacional y reza: “Los diputados tienen derecho a un seguro de vida por un valor de 20 veces el salario mensual, con cargo a la sección presupuestal del sector central del departamento de Caldas, así como la atención médico asistencial igual a la que tiene derecho el gobernador. Además, cada diputado, tiene derecho a percibir las siguientes prestaciones sociales: prima de navidad por un valor de treinta y dos millones quinientos mil pesos M/cte., auxilio de cesantías e intereses sobre las cesantías, y viáticos para el cumplimiento de comisiones oficiales fuera del departamento de Caldas.” El Artículo Nº 85 expresa: “los diputados tienen derecho a quince (15) días hábiles de vacaciones colectivas por cada año de servicio prestado, se reconocerá y pagará como si hubiere sesionado los doce (12) meses del año”. Deberán ser disfrutadas a partir del 20 de enero según lo estipulado en el Artículo Nº 87 de la presente ley.

Muchos ciudadanos consideran que, este salario que reciben los diputados de Caldas, es exagerado, ya que, es comparado con el salario mínimo que devengan millones de trabajadores colombianos. Una diferencia salarial abismal, ampliándose más la brecha de desigualdad social. Así mismo, se tiene la percepción que, los diputados trabajan muy poquito. Para la muestra un botón: sesionan tres días a la semana: martes, miércoles y jueves. Inician a las 9:00 am y terminan a las 12:00 m. Con un agravante, algunos de los diputados asisten a la Asamblea escasamente a contestar presente.

Señores diputados, con el extraordinario sueldo que ustedes ganan, están en la obligación de ejercer con mayor responsabilidad, profundo conocimiento, y con la suficiente argumentación un verdadero control político, sin ningún tipo de presión, alejándose de sus intereses personales, ataduras politiqueras y de sus cuotas burocráticas que tanto daño le han causado a nuestro departamento.

Por favor señores diputados, justifiquen con una excelente labor, esas jugosas remuneraciones que salen de los bolsillos de los caldenses.

Mirando con detenimiento este sueldazo de los diputados, se puede inferir que, esta es la razón por la cual, un sinnúmero de ex – alcaldes, empresarios, industriales, profesionales, líderes, trabajadores y actuales diputados, se antojaron de ser candidatos a la Asamblea de Caldas en los comicios del 29 de octubre de 2.023.

¿Cuántos de los 14 diputados de Caldas trabajan por servirle a la comunidad? ¿Pensarán más, en engordar sus billeteras?


SONAJAS POLÍTICAS

CORRUPTELA Y POLITIQUERÍA


De acuerdo con la Organización Transparencia Internacional, el término corrupción significa con total exactitud: “abuso de poder público para obtener beneficio particular”.

La misma Organización considera que, existen otras formas de corruptela, una de ellas: la politiquería, favoritismo y nepotismo. Definidas como el abuso de poder para favorecer a amigos y a familiares, o sea, en muchos casos: negociaciones entre empresas del Estado colombiano y empresas privadas, logrando con ello que, los bienes públicos se conviertan de manera ilegal, en enormes riquezas de particulares. Estos tipos de inmoralidad están relacionados con el intercambio de favores politiqueros. Flagelo que perdura en Colombia. No ajeno a Caldas. 

Es factible que, en muchos sectores de nuestra sociedad, haya claridad sobre actuaciones corruptas, pero, en otros puede haber desconocimiento de esta desgracia que conlleva a la ambigüedad de la putrefacción permitida; es decir, mezclando intercambio de favores con corrupción. Por esa razón, gran parte de la población colombiana, considera que, el pago de favores políticos no son actos de corrupción, y en el peor de los casos, miran de soslayo o se hacen los despistados para favorecer los intereses de dirigentes políticos a cambio de recompensas laborales o económicas.

Una de las causas para que Colombia ocupe los deshonrosos primeros lugares en corrupción a nivel mundial es que, el servidor público, ha perdido su función genuina: prestar un verdadero servicio a la comunidad, con honestidad, transparencia e idoneidad. De la misma manera, se presentan casos de corruptela en empresas particulares, cuando comercializan con el Estado y afectan directamente a la población.

Infortunadamente, un porcentaje elevado de colombianos, desconocen los tratados jurídicos relacionados con corrupción administrativa gubernamental, y es por ello que, la misma ciudadanía puede ver estas escenas de podredumbre, como arraigo cultural permisivo, fomentado actuaciones corruptas, sin sanciones disciplinarias, fiscales y penales. Los mismos profesionales del derecho pueden tener percepciones diferentes sobre la corrupción en nuestro País, y estas divergencias dificultan la batalla contra esa horrorosa plaga. Sin embargo, el artículo 250 adicionado a la Ley 1474 de 2011 artículo 16 del código penal colombiano define la corrupción privada en los siguientes términos: “El que directamente o por interpuesta persona, prometa, ofrezca o conceda a directivos, administradores, empleados o asesores de una sociedad, asociación o fundación, una dádiva.”

En Colombia, el pago por recibir un servicio o por agilizar trámites, recibe el nombre de coima, mordida o soborno. Pero, esos nombres son sustituidos por el de propina para anestesiar su significación negativa, pese a que, se sobreentienda que se trata del pago de un soborno. Dicho de otra manera: tanto las mordidas grandes, como las pequeñas, son corrupción.

Aquí anoto este interrogante: ¿Quién es más corrupto, aquel que paga por corromper, o aquel que se deja sobornar?

Otro tipo de fermentación en las entidades oficiales es el nepotismo: aquella que representa el abuso de poder de los funcionarios para favorecer a sus familiares. Cuando expresamente se favorece a los amigos y grupos o personas cercanas sin tener en cuenta los méritos, se llama amiguismo, violando así el derecho a la igualdad de oportunidades.

El poderío de la corrupción política, compromete a altos funcionarios del Gobierno Nacional, Departamental o Municipal, y se ajusta generalmente, a los grandes contratos de suministro o de obra pública, que implica sobornos muy robustos. Finalmente, aparece la perversión burocrática, que condiciona la estadía en un cargo, al activismo político a favor de un partido político o un candidato, denominada corrupción burocrática, porque beneficia a los funcionarios de mediano nivel de la administración pública, con actitud servil frente al que tiene el poder. 

Si continúa en Colombia el intercambio de favores politiqueros, y las alianzas engañosas entre las diferentes organizaciones políticas, muy trabajoso derrotar esta epidemia: corrupción.   

Lo notorio de esta situación es que, en nuestro país es borrosa la diferencia entre bienes públicos y bienes privados, y política y politiquería.

Se puede deducir que, lo que tenemos es un problema gravísimo, que no se resuelve con medidas administrativas o legales, sino con educación y cultura política.

Si alguno de ustedes considera que, del número de candidatos que fueron elegidos el 29 de octubre de 2.023 (Gobernación de Caldas, Alcaldía de Manizales u otros municipios, Asamblea, Concejos y Juntas Administradoras Locales J.A.L.) existen personas llenas de principios y valores, con excelsas calidades humanas, con sobresalientes conocimientos de la función pública y comprometidas con el cambio estructural de la politiquería tradicional, y si cumplen siquiera con uno de estos requisitos, apoyen su trabajo desde sus cargos y exíjanles crear estrategias efectivas para eliminar ese monstruo llamado corrupción, que tanto azote le ha dado a nuestro País.

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