ROCE DE OPINIONES
Periodismo sin condiciones
Escribe Juan Manuel Morales Parra
LOS DIPUTADOS DE CALDAS, RECIBEN JUGOSA REMUNERACIÓN
Poniendo la lupa sobre los salarios de los diputados de Caldas,
encontramos que, la ley 2200 del 8 de febrero de 2.022 en su Artículo Nº 23
describe: “periodo de sesiones de la Asamblea de Caldas: los diputados
sesionarán de manera ordinaria durante seis (6) meses al año, así: el primer
periodo del primer año de sesiones estará comprendido entre el 1 de enero
posterior a su elección y hasta el último día del mes de febrero del respectivo
año. El segundo, tercer y cuarto año de sesiones tendrá como primer periodo el
comprendido entre el 1 de marzo y el 30 de abril, junio 1 hasta el 31 de julio,
octubre 1 hasta el 30 de noviembre”. En el Artículo Nº 81 se lee: “la
remuneración por concepto de asignación mensual de los diputados de Caldas es
de 25 salarios mínimos legales mensuales vigentes SMLMV”. Esto equivale a que,
cada diputado del departamento de Caldas, perciba la suma de: treinta y dos
millones quinientos mil pesos M/cte. Anualmente, reciba la suma de: trescientos
noventa millones de pesos M/cte.
Este cálculo salarial, se basa en la categorización presupuestal
de cada departamento, y el departamento de Caldas se encuentra en la categoría
segunda.
El Artículo Nº 82 de la misma ley hace referencia al régimen
prestacional y reza: “Los diputados tienen derecho a un seguro de vida por un
valor de 20 veces el salario mensual, con cargo a la sección presupuestal del
sector central del departamento de Caldas, así como la atención médico
asistencial igual a la que tiene derecho el gobernador. Además, cada diputado,
tiene derecho a percibir las siguientes prestaciones sociales: prima de navidad
por un valor de treinta y dos millones quinientos mil pesos M/cte., auxilio de
cesantías e intereses sobre las cesantías, y viáticos para el cumplimiento de
comisiones oficiales fuera del departamento de Caldas.” El Artículo Nº 85
expresa: “los diputados tienen derecho a quince (15) días hábiles de vacaciones
colectivas por cada año de servicio prestado, se reconocerá y pagará como si
hubiere sesionado los doce (12) meses del año”. Deberán ser disfrutadas a
partir del 20 de enero según lo estipulado en el Artículo Nº 87 de la presente
ley.
Muchos ciudadanos consideran que, este salario que reciben los
diputados de Caldas, es exagerado, ya que, es comparado con el salario mínimo
que devengan millones de trabajadores colombianos. Una diferencia salarial
abismal, ampliándose más la brecha de desigualdad social. Así mismo, se tiene
la percepción que, los diputados trabajan muy poquito. Para la muestra un
botón: sesionan tres días a la semana: martes, miércoles y jueves. Inician a
las 9:00 am y terminan a las 12:00 m. Con un agravante, algunos de los
diputados asisten a la Asamblea escasamente a contestar presente.
Señores diputados, con el extraordinario sueldo que ustedes ganan,
están en la obligación de ejercer con mayor responsabilidad, profundo
conocimiento, y con la suficiente argumentación un verdadero control político,
sin ningún tipo de presión, alejándose de sus intereses personales, ataduras
politiqueras y de sus cuotas burocráticas que tanto daño le han causado a
nuestro departamento.
Por favor señores diputados, justifiquen con una excelente labor,
esas jugosas remuneraciones que salen de los bolsillos de los caldenses.
Mirando con detenimiento este sueldazo de los diputados, se puede
inferir que, esta es la razón por la cual, un sinnúmero de ex – alcaldes,
empresarios, industriales, profesionales, líderes, trabajadores y actuales
diputados, se antojaron de ser candidatos a la Asamblea de Caldas en los
comicios del 29 de octubre de 2.023.
¿Cuántos de los 14 diputados de Caldas trabajan por servirle a la
comunidad? ¿Pensarán más, en engordar sus billeteras?
SONAJAS POLÍTICAS
CORRUPTELA Y POLITIQUERÍA
La misma Organización considera que, existen otras formas de
corruptela, una de ellas: la politiquería, favoritismo y nepotismo. Definidas
como el abuso de poder para favorecer a amigos y a familiares, o sea, en muchos
casos: negociaciones entre empresas del Estado colombiano y empresas privadas,
logrando con ello que, los bienes públicos se conviertan de manera ilegal, en
enormes riquezas de particulares. Estos tipos de inmoralidad están relacionados
con el intercambio de favores politiqueros. Flagelo que perdura en Colombia. No
ajeno a Caldas.
Es factible que, en muchos sectores de nuestra sociedad, haya
claridad sobre actuaciones corruptas, pero, en otros puede haber
desconocimiento de esta desgracia que conlleva a la ambigüedad de la
putrefacción permitida; es decir, mezclando intercambio de favores con
corrupción. Por esa razón, gran parte de la población colombiana, considera
que, el pago de favores políticos no son actos de corrupción, y en el peor de
los casos, miran de soslayo o se hacen los despistados para favorecer los
intereses de dirigentes políticos a cambio de recompensas laborales o
económicas.
Una de las causas para que Colombia ocupe los deshonrosos primeros
lugares en corrupción a nivel mundial es que, el servidor público, ha perdido
su función genuina: prestar un verdadero servicio a la comunidad, con
honestidad, transparencia e idoneidad. De la misma manera, se presentan casos
de corruptela en empresas particulares, cuando comercializan con el Estado
y afectan directamente a la población.
Infortunadamente, un porcentaje elevado de colombianos, desconocen
los tratados jurídicos relacionados con corrupción administrativa
gubernamental, y es por ello que, la misma ciudadanía puede ver estas escenas
de podredumbre, como arraigo cultural permisivo, fomentado actuaciones
corruptas, sin sanciones disciplinarias, fiscales y penales. Los mismos
profesionales del derecho pueden tener percepciones diferentes sobre la
corrupción en nuestro País, y estas divergencias dificultan la batalla contra
esa horrorosa plaga. Sin embargo, el artículo 250 adicionado a la Ley 1474 de
2011 artículo 16 del código penal colombiano define la corrupción privada en
los siguientes términos: “El que directamente o por interpuesta persona,
prometa, ofrezca o conceda a directivos, administradores, empleados o asesores
de una sociedad, asociación o fundación, una dádiva.”
En Colombia, el pago por recibir un servicio o por agilizar
trámites, recibe el nombre de coima, mordida o soborno. Pero, esos nombres son
sustituidos por el de propina para anestesiar su significación negativa, pese a
que, se sobreentienda que se trata del pago de un soborno. Dicho de otra
manera: tanto las mordidas grandes, como las pequeñas, son corrupción.
Aquí anoto este interrogante: ¿Quién es más corrupto, aquel que
paga por corromper, o aquel que se deja sobornar?
Otro tipo de fermentación en las entidades oficiales es el
nepotismo: aquella que representa el abuso de poder de los funcionarios para favorecer
a sus familiares. Cuando expresamente se favorece a los amigos y grupos o
personas cercanas sin tener en cuenta los méritos, se llama amiguismo, violando
así el derecho a la igualdad de oportunidades.
El poderío de la corrupción política, compromete a altos
funcionarios del Gobierno Nacional, Departamental o Municipal, y se ajusta
generalmente, a los grandes contratos de suministro o de obra pública, que
implica sobornos muy robustos. Finalmente, aparece la perversión burocrática,
que condiciona la estadía en un cargo, al activismo político a favor de un
partido político o un candidato, denominada corrupción burocrática, porque
beneficia a los funcionarios de mediano nivel de la administración pública, con
actitud servil frente al que tiene el poder.
Si continúa en Colombia el intercambio de favores politiqueros, y
las alianzas engañosas entre las diferentes organizaciones políticas, muy
trabajoso derrotar esta epidemia: corrupción.
Lo notorio de esta situación es que, en nuestro país es borrosa la
diferencia entre bienes públicos y bienes privados, y política y politiquería.
Se puede deducir que, lo que tenemos es un problema gravísimo, que
no se resuelve con medidas administrativas o legales, sino con educación
y cultura política.
Si alguno de ustedes considera que, del número de candidatos que
fueron elegidos el 29 de octubre de 2.023 (Gobernación de Caldas, Alcaldía de
Manizales u otros municipios, Asamblea, Concejos y Juntas Administradoras
Locales J.A.L.) existen personas llenas de principios y valores, con excelsas
calidades humanas, con sobresalientes conocimientos de la función pública y
comprometidas con el cambio estructural de la politiquería tradicional, y si
cumplen siquiera con uno de estos requisitos, apoyen su trabajo desde sus cargos
y exíjanles crear estrategias efectivas para eliminar ese monstruo llamado
corrupción, que tanto azote le ha dado a nuestro País.
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