ROCE DE OPINIONES
Periodismo sin condiciones
Escribe Juan Manuel Morales Parra
UNA CAMPAÑA ELECTORAL DEGRADANTE
Aunque existen diferentes estrategias para ganar electores en las
campañas presidenciales; de la misma forma, toda campaña política debe tener sus
limitaciones, entre ellas: normas básicas de civilidad e igualdad entre los
competidores, evitando ataques personales humillantes.
Esta segunda vuelta de la campaña presidencial de Colombia, entre
los candidatos Gustavo Francisco Petro Urrego y Rodolfo Hernández Suárez se ha
caracterizado por ser una campaña altamente degradante, la cual ha sido
rechazada por un sinnúmero de ciudadanos.
Se entiende como “campaña negra o negativa” a la que, más que
ocuparse de resaltar las cualidades o virtudes de Gustavo Petro o Rodolfo
Hernández, la han centrado exclusivamente a subrayar los defectos de cada uno
de los candidatos. Concretamente, Petro y Hernández, lo mismo que sus
seguidores, se han dedicado a denigrar y a señalar al adversario. Se trata de
satanizar la candidatura de Gustavo Petro o la campaña de Rodolfo Hernández
mediante la recordación de imágenes que degradan la apreciación que los
colombianos tengan de estos dos aspirantes a la presidencia. Esas tácticas
implican, de alguna u otra manera, tener que recurrir a mensajes negativos o
publicidad negra para atraer votantes presionados por sus jefes políticos para
favorecer a un candidato. ¡Qué horror!
Otro problema mayúsculo de esta campaña electoral y que muchas
personas la han calificado de “campaña sucia”, es que se acudió a la injuria, a
la calumnia, a los insultos, a las ofensas, metiéndose en la vida privada de
los dos candidatos, hablando de los defectos, ridiculizando su trayectoria, descalificando
sus discursos y sus programas de gobierno. A su vez, inventando información.
¡claro está! en los pasillos políticos se comenta que, la ciudadanía podría no
diferenciar cuándo la información es falsa o verdadera. En otros casos, el
electorado está preparado para recibir la calidad de los mensajes.
Infortunadamente estas campañas “negativas y sucias” han estado
ligadas a la democracia desde hace muchos años a nivel mundial y forman parte de
todas las estrategias que tienen las organizaciones políticas para impulsar a
sus candidatos.
Según los estudios fundamentados en psicología, la información
negativa es la que más impacta entre los receptores; por lo cual, recibe mayor atención
en la mente de los votantes, y es por esa razón que, los asesores políticos en
las competencias electorales se han aprovechado de esa debilidad de los
ciudadanos para poder despertar pasiones, crear falsas esperanzas y vender
bastante miedo. Estrategias que aún no pierden vigencia, y que han sido
utilizadas de una manera descomunal en las campañas de Gustavo Petro y Rodolfo
Hernández.
Detrás de este flagelo existe el afán desmedido por parte de los candidatos
y de sus simpatizantes de cautivar votos a través del show mediático, alimentando
su ego y su vanidad, utilizando medios de comunicación tradicionales y todas
las redes sociales, tratando de demostrar poderío sobre su contendor.
La sociedad colombiana es compleja, con opiniones totalmente
divididas, alcanzando altos grados de polarización, y en muchos casos con
desconocimiento absoluto de los asuntos políticos, carente de argumentos para
debatir.
Por lo tanto, el elector sesgado, se interesa únicamente por
aquellas situaciones que inciden en su interés particular, y cuando conforman un
colectivo, atienden solo un segmento poblacional.
Por otra parte, a un alto número de colombianos poco le interesa
profundizar sobre los temas relacionados con la cultura política, así estén
afiliados a un partido político. Muchos de estos colombianos podrán creer que, únicamente
en la arena política el ataque y el contraataque de Rodolfo Hernández y Gustavo
Petro, les permite diferenciar las cualidades y las capacidades de los dos
contendores para gobernar a Colombia.
El problema es que los partidos políticos presentan grandes
falencias, adolecen de mecanismos para motivar a los líderes a realizar tareas
permanentes de liderazgo juvenil y comunitario.
Con el fin de evitar el aumento de la polarización y el odio entre
los mismos colombianos, es necesario que todas las organizaciones políticas de
nuestro País, estructuren programas y proyectos que fortalezcan una verdadera
cultura política, además, recalcando sobre la tolerancia ante la diferencia de
preferencias partidistas sin amarrar derechos políticos y civiles.
El próximo domingo 19 de junio, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández
se estarán enfrentando en las urnas, allí se define el éxito o el fracaso de
las estrategias utilizadas durante la campaña.
Es la oportunidad para que todos los colombianos aptos para votar
llenen las urnas y derroten el abstencionismo.
¡Viva la democracia alejada de las campañas negras!
Muy pronto reaparecerán las Sonajas Políticas.
En la próxima columna Roce de Opiniones… ¡Espérenla!
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